Si pudiera retarme, por Elizzy B
- en agosto 09, 2014
- por Lady Hachi
- en Con nuestra propia pluma, General
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Las buenas historias surgen, a veces, por casualidad. Y así ha nacido este pequeño relato escrito por Elizzy B, a raíz de una conversación twittera en la que se comentaba cómo con tanto héroe literario suelto, quizás alguno que otro pueda llegar a sentirse celoso…
Elizzy B no necesita mucha presentación, es una gran austenita, la infatigable administradora de El Salón de Té y de El Sitio de Jane, y además para mí una buena amiga. Con su permiso, comparto su relato Si pudiera retarme, que podéis encontrar también wattpad, y en breve en su propio foro. No dudéis en comentar qué os parece.
La verdad es que no sabía cómo la idea había podido aflorar en su cabeza. Él no era un tipo
neurótico, pero la pregunta, tan tonta y ligera, había tomado forma. Habían estado bebiendo
en casa de unos amigos, y entonces, Ramón, el barbudo pelirrojo que siempre tenía
ocurrencias para todo, les preguntó: “¿Con quién engañarías a tu pareja?”. Las respuestas
habían sido variadas, desde la claramente falsa de Cristina, que decía que sólo tenía ojos para
su novio, cuando en realidad, echaba miradas de forma constante y evidente a un compañero
de trabajo, hasta la más ingeniosa, del propio Ramón. Verónica había contestado tras él, una
respuesta rápida e intrascendente: “pues con el actor de moda que ahora copaba todas las
revistas”.
Pero Antonio conocía demasiado bien a su Verónica, y sabía que ella jamás lo engañaría con
alguien de esa clase. Quizá se equivocaba, pero ya llevaban muchos años juntos como para
saber que ella no se dejaba llevar por algo tan intrascendente.
Se miró en el espejo del baño. Ya no era aquel muchacho joven que con su sentido del humor,
la había impresionado en la cafetería de la Facultad. Su melena ya no era larga y por supuesto,
poblada. No es que lo viejos rockeros deban desaparecer, es que solamente se acaban
marchando. Las noches de cervezas se traducen en barrigas incipientes, y esto parecía que era
el principio del fin. Bostezó y olió un poco del alcohol que había bebido con cara de desagrado.
Después, sonrió y se miró los dientes, mientras se pasaba la mano por la cabeza. Verónica, le
tocó cariñosamente el brazo.
– Bueno, ¿vamos a dormir?
Y en ese momento, lo besó, como tantas otras veces. Él le devolvió el largo beso, pero en su
cabeza, una voz sibilina le decía “¿seguro que no piensa en él cuando te besa a ti?”.
Aquello lo desasosegó y ella notó la tensión que se había formado…quizá hoy no era una
noche para eso, pues ya era tarde y era mejor dormir. Cuando él sugirió que no tenía mucho
sueño y se fue al salón, Verónica no insistió.
Antonio no encendió el televisor, solamente se tendió y observó el techo. ¿Quién podía ser
“él”? ¿Con quién podría engañarlo su Verónica? ¿Por qué se estaba preocupando? Pensó que
quizá era por el hecho de que jamás se lo había planteado hasta ahora, porque ya no era tan
joven…
Se sintió nervioso e incómodo y se levantó. Quizá estaba algo mareado por la cena y el vino.
Empezó a dar vueltas por el salón, hasta que se golpeó con la mesita. Ahogó un “ouch” y
entonces lo vio. Al tropezar, había caído de manera que sus ojos veían la parte de la estantería
de Verónica. Ella no le engañaba, eso era claro, algo tan vulgar, tan típico para algunos de sus
conocidos en ese momento de sus vidas, no era propio de ella. Pero eso no quería decir que
aunque no lo hiciera en realidad, no lo estuviera haciendo mentalmente.
Sacó algunos ejemplares y los miró. Había pequeñas anotaciones, hojas de papel, y pétalos de
flores secas, que parecían señalar pasajes muy concretos. Recordaba haber leído alguna novela
de esas, o al menos, de eso sí que estaba seguro, haber ido al cine para ver la adaptación, o
haberla visto sentados en el sofá. Ahora estaba todo claro, ésos eran los amantes de Verónica,
sí, ¡ellos!. Sonrió para sí, ¡cuánta tranquilidad! No son reales, sólo era fantasías, y ella,
naturalmente, no necesitaba una camisa de fuerzas. Además, todos eran personajes clásicos,
no iban más allá de un beso en la mano.
Pero, una pequeña ansiedad hizo mella en el pecho de Antonio. Si aquello era lo que deseaba
Verónica, ¿cómo podía estar con él? No, él no tenía la casa más hermosa de Derbyshire, ni la
quería en contra de su entendimiento; afortunadamente, no tenía ninguna loca encerrada en
el ático de su casa, aunque eso le restaba exotismo. Miró de forma nerviosa los ejemplares, y
los nombres empezaron a mezclarse y repetirse en su cabeza: Darcy, Thornton, Wentworth,
Rochester, Heathcliff, Philippe, Knightley…. ¡no, basta! se dijo, no, no era comparable, sólo era
el hombre que ella había podido encontrar en el mundo real y con el que sentirse
medianamente feliz, en esta realidad tan alejada de sus sueños. Se sentía embriagado, como si
hubiera bebido un licor pesado, que sólo lo condujera a tener pesadillas.
Empujó los libros dentro de los estantes como pudo. Después cogió una hoja y escribió una
extraña carta, hasta que el sueño lo tumbó y acabó dormitando sobre la alfombra.
Llegó la mañana. Verónica se acercó con energía cuando lo encontró tumbado, tal cual había
caído la noche anterior. Cuando abrió los ojos, la encontró sonriente junto a él.
– Creo que ya estamos muy mayores para estas juergas.
– Eso me temo – contestó él con voz hueca y mirada lastimosa.
– Bueno, no importa Antonio. Te quiero cómo eres – dijo ella sonriente mientras él la
miraba sorprendido – sí, ya sé que no te digo “te quiero” tanto como debiera, porque
siempre vamos corriendo, y sé que a ti te pasa lo mismo.
– Sí, lo sé… – miró de forma culpable y continuó – yo sé que tú mereces que te digan “te
quiero” todos los días.
– Y tú también Y ahora te lo estoy diciendo. Y no necesitas tener 10.000 libras para
decírmelo, ni yo rechazarte para confirmar que nuestro amor es sincero. Te quiero por
ti mismo, no porque seas lo que encontré, como hacen muchos. Mi vida es intensa y
contigo siento un amor profundo. Eso no lo cambia nadie que exista o que se haya
imaginado.
Él la miró extrañado. La verdad es que no recordaba mucho de la noche anterior…Ese Chivas
no volvería a probarlo… Sólo sintió que debía perderse en sus dulces ojos. Era la única
solución. Después, sintió con seguridad aunque no muy bien por qué, que él era el único amor
de su mujer.
En una libreta donde Verónica anotaba citas de libros, estaba guardado un papel garabateado,
que decía así:
“Mi muy querida Verónica,
Sé que no acostumbro a decirte lo importante que eres para mí, porque siempre lo
sobreentendemos. Es lo que tiene el mundo de hoy. La verdad es que ya no me puedo callar
por más tiempo, como diría uno de tus caballeros, de esos que lees y con los que luego
sonríes. ¡Quisiera retarme con todos ellos! No podré jamás tener una mansión de la que
sueñes ser su “señora”, no tendré una fábrica con la que ir a la ruina para que me rescates;
cuando te regaño porque haces algo que no me gusta, no espero que derrames amargas
lágrimas, porque eso me entristecería más aún y sé que jamás harías algo tan malo. Y si sueño
con algo, es con que tuvieras un hermano al que defender contra todos, o que me internara
por medio mundo para poder resolver un misterio. Pero no, mi vida no me lo permite. Ojalá
fuera a un duelo y luchara contra ellos, para que vieras que yo también puedo, que valgo. Pero
como no puedo, debes saber lo mucho que te quiero, y que quizás no necesito una
extraordinaria aventura, porque ya tengo una vida maravillosa contigo.
Antonio, que te quier…..”
Molita
Debo decir que quede extasiada con la publicación, Elizzy B es una excelente escritora y mira que plasmarlo con la mayor frescura. Que nos encante un personaje literario (o varios) no significa que esperemos que alguien de este plano cumpla con todos los requisitos mostrados por el susodicho; pero valió la pena para que Antonio y Verónica pudieran recordar que sobreentender no es lo mismo que decir ¡Te Quiero!.
Éxitos.
Lady Hachi
Gracias por tus comentarios, estoy segura de que a Elizzy B le encantará leerlos. Es cierto que ha logrado un relato que nos llega a todas, por su punto de realismo. Me alegro de que lo hayas disfrutado.
Elizzyb
Gracias Molita. Desde luego que con tus palabras, una se anima. Como bien dice Lady Hachi, ha sido un placer leerlos. Me alegra que a ambas os parezca fresco y real porque las pocas veces que me pongo delante del «folio en blanco» temo la separación con la realidad.
En fin, ¡muchas gracias! y las repito, porque aunque sobreentendidas, no son lo mismo que dichas 😉
Elizzyb
Gracias por inaugurar esta sección con mi relato. Espero seguir escribiendo…no me hará rica pero espero que sea del gusto de todas ;).
Abrazos!
Lady Hachi
¡De nada, señorita! Esperamos seguir leyéndote. A mí me da igual si te alejas de la realidad, jajaja. Todo tiene su encanto. ¡Yo procuro pisarla lo menos posible! (y leído más cosas tuyas y sé que también lo haces a veces, y con éxito).
María
Me ha encantado y me ha emocionado muchísimo. Esa mezcla de realidad y romanticismo vista en los ojos y sentimientos de un hombre me han encantado. Y he comprendido tanto a Antonio y Verónica!!! La verdad es que con solamente un relato esta pareja me ha enamorado, no se merecen un continuará? Gracias a Hachi por compartirlo y gracias a ti por escribirlo. Con tu permiso lo comparto en mi página.
Lady Hachi
Ha sido un placer poder compartirlo y leerlo. Gracias a vosotras por vuestros comentarios, María. Estoy segura de que Elizzy agradece que lo compartáis tanto como deseéis.
Warmisunqu's Austen
Un relato divertido y enternecedor. Me ha encantado. Espero poder seguir tus historias, Mari Carmen. 😀
Elizzyb
Gracias Warmisunqu, hasta ahora no había podido responder, pero espero hacerlo. Al igual que leer la historia que está poniendo Hachi.
Y sí, me he hecho una promesa, o mejor dicho, la he hecho, así que intentaré sacar algo más y recuperar alguna cosa 😀
Marie-Laure
Lo primero que puedo decir es que esta muy bien escrito, Es además una idea divertida y resuelta de forma absolutamente optimista. No estoy segura que yo hubiese sido tan fresca y optimista, supongo por la experiencia que me da tener más edad y el hecho de ser más cínica y por esto me gustó este frescor y retrato de un amor «corriente» que desde luego no tiene nada de banal. El relato corto es un arte difícil, y este relato es redondo y se basta a sí mismo. «chapeau»
Elizzyb
Muchas gracias por tus palabras Marie-Laur. Es un placer ver que te ha gustado y que además, me lo has puesto por las nubes. El óptimismo depende del momento y el público de la apuesta, merecía un final feliz. Que haya otros con mejor o peor final, ya se verá, pero en general, tiendo a optimista…ya veremos 😉
Seguiremos haciendo cositas, de vez en cuando.
Gracias de nuevo.